Historia

Ermanno Fiorucci, el arte de crear zapatillas de ballet

Ermanno Fiorucci en los inicios de Fiorina

Ermanno Fiorucci, venido de tierras italianas y radicado en Venezuela desde el año 1955, jubilado de la Venezolana de Navegación y escritor de vocación, es un artista que elabora zapatillas de ballet desde hace casi ya 30 años.

Transcurrieron muchos años, desde su llegada a Venezuela, para que pudiera demostrar con hechos su pasión por el ballet. Llegó a la creación de zapatillas de ballet por cosas de la vida: tiene tres hijas dedicadas de una u otra manera al mundo del ballet y en los años 80, con la devaluación del bolívar, cada vez se hacía más difícil comprar las zapatillas impotadas, por lo costoso y por la escaso del producto. Con el tiempo se preguntó porque en Venezuela no se hacìan zapatillas. Hasta que un dìa tomó una usada y comenzó a tallar en madera una horma que se ajustara a ella. A lo largo del camino fueron vaios los obstáculos que tuvo que ir superando: el desconocimiento de la tecnología, la carencia de las hormas, lo reducido del mercado y las "mañas de los bailarines". Sin embargo, Fiorucci respondió con constancia y dedicación, y fue así como luego de muchas horas de experimentación y trabajo nació "Fiorina", una zapatilla de raso, de color salmón ténue, con unas características muy particulares.

En un pequeño taller, sin ningún tipo de pretención de gran industria, se fabrican a mano las "Fiorina" y es eso lo que ha permitido mantener los costos hasta un 70% más bajos que cualquier zapatilla importada. Pero además de los precios, hay otra consideración: la vida de un par de zapatillas, sea cual sea su marca y procedencia, no es mayor de quince días.

A pesar de que el interés de Fiorucci y la Gerencia General de Diseños Fiorina, no ha sido producir en masa y sí mantener la calidad de su artístico artículo por encima de todo, su zapatillas no sólo han logrado conquistar el mercado venezolano, sino también recorrer varios territorios fuera de Venezuela.

Fiorucci se siente orgulloso de poner a bailar a las personas, está enamorado de ello. Ha logrado darle un instrumento de trabajo a los balarines que están en ya formados, así como los jóvenes en formación; por otro lado ha sido lo más solidario posible con quienes deseen tener en sus pies unas zapatillas elaboradas a mano.